Bitácoras del Capitán Igniel

Agosto, 17. 2007

13:35. Hora terrestre
Bitácora del Capitán Igniel en mis viajes exploratorios al planeta llamado "tierra".

Abrí mis ojos luego de un largo sueño. Puedo ver que nuevamente he sido transportado a un lugar diferente y que no estaba marcado en el mapa. Hay muchas luces que me ciegan pero no puedo parar de admirar su atractivo. De donde yo vengo no hay nada así.
Miro un poco a mi alrededor para explorar y veo que estoy en brazos de la gigantesca criatura que se identifica a sí mismo como "E'paapaaa" en su primitivo lenguaje. Debo admitir que de solo mirarle la cara me hace reír. Son criaturas fascinantes. Uno de los "E'paapaa" le habla al otro y menciona la palabra "Casino" para identificar el lugar donde estamos.
Hay muchos de ellos a todo mi alrededor. Tienen algo extraño en sus manos. Una especie de tridente que pueden tomar entre sus dedos y que utilizan para llevar a sus bocas lo que asumo es su alimento. Estas primitivas criaturas se nutren de la vida de otras criaturas inferiores que, según "joihk", mi computadora de navegación, se identifican en el lenguaje nativo como "animales". "Vacas", "cerdos" y "pollos" para ser más especifico. Al verlos alimentarse mi propio organismo comienza a jugarme una mala pasada. La tentación de su gozo me hace desear llenar mi estomago de comida.
Aun tengo problemas para entender el lenguaje de estos seres primarios que se dicen son mis "poopitoos", pero he logrado llamar la atención de quien he identificado como la hembra de la especie emitiendo un agudo sonido en Fa# con una vibración de 40 hz. Esta interesantísima criatura tiene una cierta debilidad por las cosas pequeñas y tiernas. Afortunadamente mi apariencia cumple con estas características y al aparentar estar en sufrimiento, ella me atiende como un príncipe. Mientras logre tenerlos controlados con esta ternura estaré a salvo de peligro.
Pero este tipo de camuflaje no durará para siempre. El aire de este planeta contiene el elemento O2 en grandes cantidades, lo cual hace que mi pequeño cuerpo crezca y se desarrolle a altas velocidades, un aspecto de este planeta que no había considerado entre mis planes. Por fortuna mis habilidades de adaptación son excepcionales y estos gigantes aun no se han percatado de mi verdadera naturaleza.
Ahora la hembra me acerca a su pecho y me llena la boca de una sustancia blanca, suave y dulce que sale de algo similar a una bola de carne muy suave y de aroma agradable. Lastimosamente me he vuelto adicto a esta cosa que ellos llaman "lechitaa". Una de las características que más me preocupa de esta "lechitaa" es que me induce a un profundo estado de somnolencia que no puedo controlar, además de hinchazón.
Ya no puedo dominar mis párpados. El sueño se apodera de mi. Cuando despierte, seguramente ya habremos vuelto al cubil. Volveré a informar una vez que esté completamente en mis cabales.

Capitán Igniel.